top of page

OPINIÓN| ¿Cómo atender una crisis nacional?

  • Foto del escritor: Ivette Del Río
    Ivette Del Río
  • 4 jul 2024
  • 3 Min. de lectura

Sin duda los fracasos son parte del crecimiento del proyecto, ya sea futbolístico, o político incluso empresarial, pero planearlos también forma de una correcta estrategia de comunicación de crisis.


Leía en un titular, “México se juega la vida ante Ecuador” y probablemente, el pasado domingo fue uno de los días más catastróficos de la Selección Nacional Mexicana de fútbol, y digo uno porque han sido muchos días de los últimos 30 años donde el “TRI” no ha logrado ser un equipo de clase A.


Lo cierto es que el fracaso se ha hecho costumbre, que los rostros desencajados dignos de un close up televisivo son el semblante de una afición decepcionada, que a pesar de las promesas de la directiva, siguen sin darle una alegría  en torneos internacionales.


En Estados Unidos, el Tri apenas pudo sacar una victoria ante Jamaica en el debut y padeció con su inoperancia ofensiva. El equipo de Jaime Lozano anotó un gol en tres partidos y la eliminación quedó sentenciada al igualar 0-0 con Ecuador la noche del domingo.


Las señales siempre estuvieron ahí, el pasado de la Selección Mexicana carga un sin número de fracasos, y se hizo poco o nada por que el presente fuese diferente y ahora el camino está envuelto en la incertidumbre.

¿Es culpa de Jaime Lozano?


No, pero es la salida rápida que encuentran los dirigentes del fútbol mexicano cuando hay crisis de resultados.

¿Suena familiar? ¡Claro que sí! El mismo PAN está haciendo ahora reuniones para renovar su dirigencia nacional ante el fracaso de los comicios electorales, pero ¿a dónde voy con esto? Las crisis como la que vive nuestro fútbol, es el resultado de una multiplicidad de actos anticipados que nos brindan señales, querer recomponer el camino en el instante es un error fatal que se realiza para salir avante del torbellino de interrogantes que exigen respuesta, pero sobre todo de la creciente montaña de responsabilidades por la que alguien tiene que responder.


Sin duda los fracasos son parte del crecimiento del proyecto, ya sea futbolístico, o político incluso empresarial, pero planearlos también forma de una correcta estrategia de comunicación de crisis.


La estrategia debió consistir en el reconocimiento de las responsabilidades por parte de todos los involucrados, jugadores, cuerpo técnico y directiva. En este sentido se debe tener plena disposición con la prensa, más aún cuando no fue sorpresa ni la eliminación ni el insatisfactorio desempeño del equipo tricolor.

El fútbol en nuestro país es el ejemplo perfecto de que las cosas se hacen mal cuando de crisis se habla, se crucifican responsables inmediatos - tan es así que la cabeza de Lozano y la del mismo Dulio Davino director de Selecciones Nacionales está en la mesa del consejo de dueños-, pero lo que más llama la atención es la ligereza con la que se dan las primeras declaraciones, momento crucial para demostrar tres cosas importantísimas en una crisis, culpa, responsabilidad, y aprendizaje, no demostrarlo nos lleva a un nivel de negación y falta de contención lo que complica aún más el rumbo del proyecto.


“En dos semanas, ‘Jimmy’ nos presentará una evaluación de lo que sucedió en el verano y platicaremos con él con todo lo que podemos mejorar (...) pero también hay cosas positivas”, dijo Dulio al terminar el encuentro con Ecuador, como si nada hubiese pasado, y una falta de sensibilidad ante una afición dolida, una crítica punzante  y pésimos resultados a la vista de una nación.


La estrategia debió consistir en el reconocimiento de las responsabilidades por parte de todos los involucrados, jugadores, cuerpo técnico y directiva. En este sentido se debe tener plena disposición con la prensa, más aún cuando no fue sorpresa ni la eliminación ni el insatisfactorio desempeño del equipo tricolor.


Comentaristas hablaban de una verdadera revolución, sobre todo en la pirámide del fútbol, donde se toman las decisiones, pues en dos años sería un auténtico milagro que los resultados sean diferentes si no se ha cambiado nada, cuando no hay jugadores, no hay técnico, no hay fútbol, no hay nada de nada.


Y como casi todo es otra cosa, todo parece indicar que el barco está a la deriva y que nada va a cambiar, pero si la visión está sobre la volatilidad, la claridad ante la complejidad y la certeza ante la incertidumbre se podrá preparar a cualquier equipo a sobrevivir ante una crisis, y no estoy hablando específicamente de fútbol.

留言


Historias del día

bottom of page