Cine| Corina / Cónclave / Sugarcane
- Josué Cinéfago
- 12 ene
- 4 Min. de lectura
El Entremés
⋆ ⋆ ⋆ ½ (7.5/10) Vale la pena
Corina (2024) empieza muy bien muy bien: imágenes de archivo de una antaña Guadalajara, que sirven a la narradora para reflexionar sobre qué tan expuestos estamos ante un tráfico cada vez más caótico, y con un plano secuencia que empalma simultáneamente el presente con el pasado de Corina (espléndida Naian González Norvind, quien ya demostró su potencial actoral en Leona, 2018), y el trauma por el que se volvió agorofóbica. Y justo, el personaje se vuelve singular y encantador: introvertida, tímida, miedosa, disciplinada, ñoña, casi muda pero con la suficiente expresión corporal y facial.

La producción que es mínima, está bien ejecutada generando un aura muy vintage, y se justifica con la condición del personaje, quien logra hacer su vida sólo en la cuadra donde vive, donde está la tienda de abarrotes de su confianza y el periódico en el que trabaja; una rutina que la mantiene a salvo en la certeza ritual y contra la improvisación e incertidumbre que puede representar lo nuevo, lo inexplorado.
Corina es hija de bibliotecaria y escritor, lo que la han hecho una gran lectora volviendo de los libros un refugio seguro, y aunque es de las que no deja pasar ni un acento y escribe novelas que guarda, está en el escaño más bajo de los escritores: correctora de estilo del erótico Libro Vaquero. Y en general pasa y busca pasar desapercibida en su trabajo y en su cuadra.

Hasta que una complicación en el trabajo orillarán a Corina a salir de su zona confort, a cuestionarse si es un personaje cobarde con un momento de valentía, y a tomar una decisión que la llevarán a un lugar que la literatura no puede igualar: la vida real, llena de estrellas y vacas, pero también de poderosos que se llevan el agua, donde a veces no llega ni un condón o tantita justicia.
Una música a ritmo de jazz al estilo Birdman acompaña a nuestra protagonista, quien descubrirá que el mundo es un horror de frivolidad, y que hay que aprender a lidiar con la incomodidad de los finales no felices. Pese a que el ritmo de la cinta le cuesta mantenerse, se agradece ver una película mexicana en otras coordenadas que no sean la CdMx, y aunque peca de optimista, pensar que somos los correctores de estilo de nuestra realidad, no es lo peor que hemos leído.
Se puede ver en Cinépolis y en Cinemex
El Plato Fuerte
⋆ ⋆ ⋆ ⋆ (8.5/10) No se la pierda
En Cónclave (2024), el Papa ha muerto y comienza uno de los protocolos más antiguos y enigmáticos de la Iglesia Católica, el Cónclave (con llave), responsabilidad que cae sobre el cardenal Lawrence (suspicaz Ralph Fiennes), quien lidiará no sólo con las complejidades de dicho proceso, sino con el pasado de algunos de los candidatos que podrían crear polémica o generar un retroceso en la dirigencia del pontificado.

La historia se desarrolla en clave de thriller, donde el cardenal decano Lawrence en pro de un proceso digno de la verdad, ahondará en algunos cabos sueltos que poco a poco van debelando las verdaderas intenciones y errores de algunos de los candidatos, muy parecido a las elecciones políticas; así pues, la intriga y drama comienzan a rodear la elección del sucesor de Pedro sobre la tierra, donde las debilidades humanas confrontan a la certeza contra la fe.
Un cardenal mexicano in pectore fuera del radar dará mayor misterio a la situación, también hay un caso a prima facie (primera vista) de posible simonía. Hay posturas radicales al interior del cónclave que aseguran estamos en una guerra religiosa, y alargar el cónclave podría dar la impresión de una Iglesia en crisis, por lo que las votaciones comienzan a tomar partidarios. Y como todo buen drama religioso cristiano, habrá un Judas traidor. Toda una bomba 'bajo llave'.

El Dir. Edward Berger logra adentrarnos a uno de los ritos más secretos de la Iglesia y mantenernos en vilo de lo que pueda pasar. Ralph Fiennes nos trasmite la carga de su puesto, que lejos sólo de administrar, tendrá que lidiar con el lado humano del próximo sucesor de san Pedro y la cabeza terrenal de la Iglesia (hemos tenido peores, se excusarán algunos). Todo esto rematado con un plot twist (giro de trama) inesperado, quizá poco probable pero no por eso menos sorprendente y congruente con la visión de esta historia.
Sobre todo por cómo en esta estructura eclesiástica las mujeres monjas son invisibles, relegadas a trabajos domésticos, pero con oídos y ojos. También destaca el gran lujo en el que se lleva el cónclave, con instalaciones de primer mundo y atuendos impecables, pero ideal para hacer el contraste donde se reconoce a un grupo de hombres pequeños y mezquinos ante la gran responsabilidad que tienen. Amén.
Se puede ver en Cinépolis y en Cinemex
El Postre
⋆ ⋆ ⋆ (6/10) Vale la Pena
En Sugarcane (2024) vemos la investigación sobre abusos y niños desaparecidos en un internado indígena a cargo de la Iglesia católica en Sugarcane Reserve, Cánada.

Aunque el tema es espinoso y digno de visibilizar, no se cuenta de la mejor manera, pero durante el documental vemos cómo diversas familias lidian con el dolor, miedo, vergüenza y culpa del pasado que les dejó el internado y cómo eso afecto sus lazos familiares.
Al mismo tiempo, vemos cómo un grupo investiga el caso y recolecta datos, cada vez más aciagos, y cómo algunos de los sobrevivientes buscan alguna especie de perdón por parte de la jerarquía católica directamente con el Papa; como el caso de un señor que es hijo de una indígena canadiense que fue abusada por un sacerdote católico, y que actualmente está casado con una mujer muy religiosa.
Historias que nos hacen mirar un lado oscuro de la religión, y el contraste de la humanidad reflejado en él.
Se puede ver en Disney+
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